En muchas ocasiones, los alumn@s nos preguntan: «¿qué es mejor que me ponga, frío o calor?
La aplicación de calor (termoterapia) o de frío (crioterapia) no constituyen en sí mismas un tratamiento que cure las lesiones, pero sí son un complemento terapéutico muy válido.
La única condición para aplicar estos tratamientos es saber cuándo aplicar cada uno de ellos.
Ello se debe a que los efectos fisiológicos del calor son distintos de los que produce el frío.
En líneas generales:Aplicación de frío:
Siempre que haya inflamación, especialmente hasta 48-72h tras un traumatismo y/o lesión aguda.
Peligros del frío: la quemadura que puede producir en la piel por ello siempre proteger con una tela fina.
Indicaciones: 3 o 4 veces al día durante unos 10-15min.
Aplicación de calor: cuando no exista inflamación. Indicada en contracturas musculares en fase no aguda.
Aplicación de frío y calor alternando: es terapia de contrastes y se puede usar con los mismos criterios que el calor. La diferencia es que produce un mayor efecto de movilización de sangre a la zona que estemos tratando con la consiguiente acción de «limpieza» de la zona afectada.
CONCLUSIÓN
Todas las terapias tratan de llevar sangre a la zona lesionada para que se regenere y se eliminen las sustancias nocivas acumuladas en la zona afectada. El frío produce vasoconstricción para posteriormente producir vasodilatación y el calor produce vasodilatación directamente.
Pequeños trucos para grandes soluciones.
Pequeños trucos para grandes soluciones.